En el centro de Roma, la Fontana di Trevi se envuelve por el
ruido de sus aguas. Construida a mediados del siglo XVIII, es una alegoría
del océano. En el centro, Neptuno es llevado por dos caballitos de mar que
representan el agua violenta y el agua tranquila. Las dos otras estatuas
representan la limpieza y la prosperidad. Grabada en la Dolce vita de
Fellini, en la famosa escena del baño protagonizada por la voluptuosa Anita
Ekberg, la fuente esconde la leyenda de una joven y arisca virgen.
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